Para escapar de las crecientes tensiones en la agencia de publicidad de la que son copropietarios, la pareja franco-alemana Nina y Jan llevan a sus hijos, Max y Emma, ​​a su casa de vacaciones junto al mar. La pareja ha firmado un nuevo cliente políticamente cargado, lo que los obliga a enfrentar sus prioridades. Pero lo que se supone que es un refugio idílico fuera de temporada se vuelve siniestro cuando los ladrones atraviesan la casa, sin que nadie los vea excepto Nina. A medida que la policía investiga y las pruebas no cuadran, el relato de lo ocurrido comienza a desmoronarse junto con la fe de la pareja en el otro.